Sueño
Se escuchan a las personas murmurando en los pasillos del gran palacio.
-Si, uno de los guardias me lo dijo.
-Entonces es cierto, la Sacerdotisa no puede soñar. ¿Qué vamos hacer ahora?
-No tengo idea y los más extraño de todo, es que ella anda buscando a un compañero.
-¿Pero cómo es posible? No estoy entendiendo nada.
-Baja la voz que estamos cerca de sus aposentos.
Dentro de la habitación alguien ve los primeros rayos de la mañana.
-Hoy es el día. Hoy encontraré a un sustituto.
La Sacerdotisa, se alista para salir en su búsqueda. Ya a las afueras del palacio se adentra en el bosque. Y ve a una joven humilde lavar sus ropas a las orillas del río. Se acerca a ella...
-Hola, pequeña. ¿Eres tú Termenung?
La joven se sorprende al ver a la Sacerdotisa y solo asiente.
-No te asuste pequeña, pero hace tiempo que ando en tu búsqueda y hoy es el día en que serás tan mía como mis pensamientos.
-Pero, mi señora no creo que le sea de mucha ayuda.
-No te preocupes pequeña, eso lo decidiré yo.
Entonces sin más partieron de regreso al palacio. Mientras entraban en él, todos murmuraban.
-¿Será ella nuestra salvación?...
-¿Es ella quien será su compañera?...
Cuando entraron a la habitación de la Sacerdotisa. Ella dispuso de sus sirviente para hacer bañar y vestir a Termenung.
-Pequeña, ven siéntate a mi lado y escucha lo que tengo que decirte... A partir de hoy tu soñaras por mi, porque mis sueños los he perdido a cambio de un trueque pero aun no he recibido mi parte. Todo lo que tu has de soñar serán tus sueños y los míos.
-¿Cómo distinguiré, el uno del otro?
-Fácil, pequeña. Mis sueños serán solo imágenes pero no tengas miedo al verlas pues podrías quedarte fundidas con ellas.
-¿Y como he de despertar?
-Yo te llamaré, y tú escucharas. Dicho todo esto solo queda una cosa por hacer. Tú haz de aceptarme como única en tu corazón... así soñaras por mi.
-¿Y como hago eso y como sabrá usted que es así?
-Es a ti mi beso, apaga tus ojos y permite ser parte en ti.
Y así la Sacerdotisa la besó, puso su mano en el pecho de Termenung y supo que a partir de ahora ella será única en su corazón y sus sueños serán de ella hasta que se le pague el trueque. Luego se dispuso la noche a llegar y llevarse el día, y ambas cedieron sus cuerpos a morfeo. A mitad de la noche la Sacerdotisa se despertó porque sintió una calidad humedad. Vio su lado a Termenung sumida profundamente en sueños, llorando lagrimas de sangre.
-Ya veo, que el trueque no sirvió de nada... al parecer ya no hay nada que nos salve.
-M.S.
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